Desde los primeros entrenos libres del viernes se comprobó que el McLaren, sobre todo de Hamilton, iba muy bien en Hungaroring. Pero está claro que los entrenamientos libres solo sirven para especular: nunca dejan nada claro definitivamente. Siempre puede haber un equipo que se esconda...
Pero esta vez no ha sido así. En la clasificación del sábado, Lewis dio una paliza a todos sus rivales. Los destrozó. Todos los que decíamos que en Alemania estuvo desaparecido durante todo el fin de semana nos hemos llevado, yo el primero, un "zas en toda la boca". Y bien merecido. Pensar que Hamilton no es un rival al título, como se estaba llegando a pensar, parece haber sido un error grave.
Por su parte, Alonso dijo desde el sábado que el objetivo era "minimizar daños". La expresión la han- la hemos- utilizado todos este fin de semana. Button estuvo muy lejos de su compañero en todo momento, lo que le da más mérito a Lewis. Sorprendente primera línea de Grosjean, que se suponía que iba a luchar por la victoria, vista su vuelta.
Pero en carrera las cosas fueron como Lewis esperaba. Estuvo muy bien desde el principio. Sólido y sin errores. Alonso era el primero de los que perdía un poco el tren de la cabeza. El primero de los demás, por así decirlo. Estaba conteniendo a Kimi, que se conformaba detrás. Cuando el español entró a poner gomas nuevas, Kimi se quedó en su salsa haciendo grandes vueltas. Esto le sirvió para ponerse por delante de su compañero Grosjean. Ambos entraron al límite en la primera curva, pero la posición fue para el finlandés.
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