Tras el ritmo bestial que mantuvieron los Red Bull en la anterior carrera, todo hacía indicar que esa sería la tónica de este Gran Premio. A simple vista, puede parecer que así ha sido. Nada más lejos de la realidad. Vamos por partes.
Durante todos los días previos a la carrera en sí, muchos medios de comunicación indicaban que Red Bull había traído hasta medio segundo por vuelta. Esos rumores presagiaban lo peor de cara a las esperanzas de Alonso y Ferrari. En cambio, desde el primer entreno libre, se vio que los Ferrari estaban a la par que los coches de la bebida energética más famosa del mundo. A una vuelta, es otra historia: Vettel volvió a brillar logrando otra pole, aunque fue un brillo oscurecido por su error en el primer intento de Q3. Alonso se mantuvo a medio segundo de los Red Bull. Y eso que su vuelta fue conseguida con las gomas ya usadas en Q2. ¿Qué dice esto? En mi opinión, la distancia a una vuelta podría haber sido de unas tres décimas si Alonso hubiese logrado sacar el rendimiento extra que te dan unas gomas nuevas.
La carrera de hoy estaba marcada por los coches que habían entre Alonso y los Red Bull: ambos McLaren. En las primeras vueltas logró adelantarles sin demasiados problemas, aunque todos sufrimos un "casi ataque" al corazón. Ahora había que ir a por Webber y Vettel, que estaban a 4 y 6 segundos, respectivamente. Ese tiempo fue el que se perdió tras los McLaren, porque el ritmo era muy parejo. Alonso se colocó a un segundo de Webber mediada la carrera, justo dos o tres vueltas antes de parar. En esas dos o tres vueltas que hemos dicho, Alonso perdió mucho rendimiento de golpe. Esas vueltas de las que hablamos, posiblemente, son las vueltas extra que tenían las ruedas que usó en las dos últimas tandas de clasificación.
Con los neumáticos duros, Alonso se acercó a Webber rápidamente. Estuvo en disposición de adelantarle, pero siempre que Alonso se disponía a usar el DRS parar despegarle las pegatinas al Red Bull, había un doblado delante del australiano que le permitía activar dicho dispositivo para conseguir esos KM extra de velocidad punta. Parecía una pesadilla. Webber salvó esas "bolas de partido" y metió tierra de por medio respecto a Fernando. Aunque, como suele ser habitual en el coche de Mark Webber, tuvo problemas de KERS que propiciaron que Alonso se acercase rápidamente para pegarle un hachazo gracias al DRS.
Como habrán notado, nos hemos centrado únicamente en la lucha por el mundial. No vamos a comentar lo demás porque la realización nos lo ha mostrado muy bien todo menos la lucha por las primeras plazas, como Lobato ha comentado durante la publicidad, digo durante la retransmisión.
Al final, el Red Bull de Vettel comenzó a echar chispas y parecía que tenía algún tipo de problema, pero solo fue un espejismo. Llegó a meta con 9 segundos de ventaja respecto a su máximo rival, Fernando Alonso. Desde que el de Ferrari adelantase a los McLaren hasta el final, solo vio que la ventaja aumentó a un máximo de doce segundos, rebajándose hasta los 9 a final de carrera. Y no fue porque Vettel levantase el pie. ¿Por qué digo esto? Intentó la vuelta rápida (un día de estos merece pegársela al estilo Hamilton en Monza 2009) y no pudo porque tanto Alonso como Button mejoraron su tiempo. Por cierto, no entiendo que dos pilotos tan calculadores como estos dos últimos luchasen por la vuelta rápida arriesgándose a perder los puntos. Supongo que querían marcar territorio. Y lo han conseguido.
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