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jueves, 9 de agosto de 2012

Te echamos de menos, Miki

Llevaba tiempo dándole vueltas al tema para escribirle algo a esta persona, para que él pudiese leerlo. Pero cuando me enteré del desenlace final, decidí que tenía que redactar algo sobre Miki Roqué para expresar a todo el mundo la pena que siento. Como muchos de vosotros, estaba viendo un partido de la Eurocopa, creo que era Inglaterra contra Italia. Escuché, de la voz de Maldini, lo que había pasado. Pero pensé que había escuchado mal. Cogí el móvil para mirar alguna web de deportes. Efectivamente, Miki había fallecido. No me lo creí en aquel momento. Aún sigo sin creérmelo.

Con estas líneas, lo único que pretendo es rendirle otro homenaje. Otro más porque pienso que no han sido suficientes. Cuando él mismo nos comunicó su enfermedad allá por Marzo de 2011, dijo lo que tenía exactamente. Con lo dura que es esa palabra. Sin inmutarse. Con una fortaleza mental impropia de un niño de 22 años, que tenía por aquel entonces. Solo se le saltaron las lágrimas al comentar que se iba a perder lo que quedaba de temporada. Pongámonos en su lugar: sabes que tienes una grave enfermedad, y lo que más te duele es dejar tu vida deportiva por la que tantos sacrificios has hecho, como ir a Inglaterra desde muy joven. Cuando vi la rueda de prensa, y su gran ambición en el partido que acababa de comenzar, me hizo ver que la esperanza es lo último que se pierde.

Sé que no es nada importante en estos casos, donde lo único que cuenta es el valor de cada uno como persona, pero voy a repasar un poco su vida futbolística: debutó en Champions creo que con 17 años, no tengo el dato exacto. Su trayectoria en el Liverpool estuvo marcada por varias cesiones: Oldhan Athletic, Xerez y Cartagena. Hasta que fichó por el Betis. Pasó una temporada en el filial, para tomar el relevo en la segunda temporada del Betis en el pozo de la liga Adelante. Los problemas físicos por la edad de Belenguer le dieron más oportunidades a Miki Roqué, que empezó a consagrarse como titular al lado de Dorado. Recuerdo verle meter algún gol cuando subía en los córners. Se estaba asentando en la élite. Atlético y Valencia, según los rumores, andaban tras sus pasos. Entonces le detectaron esta enfermedad que personalmente se encargó de comunicar. El Betis goleó a Las Palmas solo para dedicárselo a su jugador. Todos estábamos con Miki.

Ves a grandes deportistas, como Carles Puyol, que a la mínima que podían, le mandaban sus ánimos. Pero no hubo suerte. Todas las muestras de apoyo no sirvieron para superar esta enfermedad tan cruel. Según leí en un periódico, el mismo Miki pidió a sus familiares más cercanos que tenían que ser felices. Por él. Por todo lo que habían luchado juntos. Así lo quiere él, y así tiene que ser. Tenemos que recordarle con una sonrisa en la cara. Con 26 sonrisas en la cara. Una persona no muere mientras alguien sigue recordándola, y en el Benito Villamarín habrán miles de personas cada partido recordándole. Nuestro equipo, el equipo de Miki Roqué, nuestro Betis, puede perder, ganar o empatar; sus jugadores saldrán ovacionados o abucheados como siempre ha pasado en la historia del fútbol. Habrán mejores y peores tiempos para el club. Pero lo único que está escrito es que en cada minuto 26 de cada partido que juegue este equipo, en casa o a domicilio, Miki Roqué saldrá ovacionado. Desde Liverpool, numerosos aficionados mostraron sus respetos. "You will never walk alone". Seguro que piensan eso todos los Ingleses que le conocen, que son muchos. El fútbol entero se paralizó. Al igual que con Puerta, Jarque y Preciado. Jugadores que están lejos de España, como Emaná, mostraron su sentimiento de tristeza hacia un amigo. Todo el mundo llora su ausencia.

Dentro de muchos años, nuestros nietos nos preguntarán que quien es Miki Roqué. Y le contaremos esta historia. Porque, recuerden, una persona no muere mientras esté en los recuerdos de otra. Así es como Miki se convirtió en leyenda. Una leyenda que acaba de comenzar, pero que nunca tendrá fin.


Con todo mi corazón le mando un abrazo a todos aquellos que, como yo, le echamos de menos. Descanse en paz.

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